Rodrigo Cortés Mancilla1
https://orcid.org/0000-0002-4412-9928
Mauricio Sánchez Aliaga2
https://orcid.org/0000-0003-4362-0915
Esta entrevista fue realizada por Rodrigo Cortés Mancilla, académico del Departamento de Trabajo Social, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Alberto Hurtado y por Mauricio Sánchez Aliaga, académico de la carrera de Trabajo Social, Facultad de Educación y Ciencias Sociales, Universidad Andrés Bello.
Leonardo Lorenzo Oneto Piazze es Doctor en Lingüística de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Máster en Trabajo Social, Universidad de Puerto Rico y Asistente Social de la Universidad de Chile (Valparaíso). Con cincuenta años de destacada trayectoria en docencia e investigación, se desempeñó en diversas universidades de la región de Valparaíso y de la región Metropolitana de Chile, así también con una extensa trayectoria en universidades de Latinoamérica.Formador-maestro de innumerables generaciones de trabajadoras y trabajadores sociales en el paísy en Latinoamérica.
Entrevista realizada el 19 de diciembre del 2022.
Cortés, R. y Sánchez, M. (2022). Una trayectoria sinuosa, el impacto del golpe cívico-militar en las definiciones de la disciplina-profesión de Trabajo Social. Intervención, 12(2), 112-118.
Te formaste en pregrado hacia fines de los años 60 y principios de los años 70, ¿cómofue habitar y transitar esos procesosen aquella época?
Fue allá por el año 68 que postulé a la Universidad de Chile de Valparaíso para cursar la carrera de Servicio Social, eran tiempos de cambios sociales y comenzaba a posicionarse con fuerza la Teoría de la Dependencia de Cardozo y Faletto, sociólogos brasileños vinculados a la CEPAL y en Chile particularmente la Teoría de la Marginalidad vinculada a la orden de los Jesuitas por su principal autor Roger Veckemans.
Fue realmente un cambio ideológico, como una ola de transformaciones, de algún modo motivado por el entusiasmo del mundo agrario, en América Latina. Estaba empezando la reforma agraria en Chile y había algunas expectativas de cambio.
Una trayectoria formativa se configura normalmente en aguas sinuosas, con un presente apenas definido, ya construyes un conjunto de ideas coherentes y surgen nuevos horizontes que les sustituyen o complementan. A poco vivir la experiencia de enseñanza – aprendizaje, a partir delprimer año comenzamos a sentir que el énfasis pragmático del enfoque que nos formaba nos dejaba un vacío y la sensación de cierta superficialidad al cultivar una mirada acrítica, reproduciendo en nuestras prácticas los pasos lineales del método positivista. Esta insatisfacción nos hizo reaccionar organizando un análisis crítico de la formación que estábamos recibiendo, planteando una serie de peticiones en la dirección de asegurar un manejo más profundo y complejo de los modelos de aplicación, además de una posición más comprometida con los sectores populares.
Podrías profundizar en ¿cómo era la formación entregada por la Universidaden esetiempo?
Las unidades de aprendizaje de la época, en términos generales, mostraban un énfasis salubrista pragmático, títulos como ‘saneamiento ambiental’, ‘disposición de excretas’, ‘enfermedades infectocontagiosas’ así lo evidenciaban. La cuestión social era incluida desde una perspectiva técnica, poniendo énfasis en el manejo de las leyes laborales. El perfil de enseñanza evidenciaba un enfoque ‘práctico’ al estilo ‘caja de herramientas’. Esto hacía que la enseñanza marcara un énfasis claramente ‘técnico profesionalizante’ y un bajo perfil analítico crítico. La forma de estructurar el currículum y los contenidos era mediante el desarrollo de unidades docentes organizadas por diferentes campos de acción de la profesión: salud, vivienda, trabajo, educación y otros, con una mirada centrada en estructuras, roles y funciones desde la aproximación sistémico funcionalista.
En lo metodológico se articulaban los contenidos por medio de la aproximación de caso individual, Trabajo Social de grupo y con comunidades. La tendencia general en los 60’ fue superar la concepción atomizada de los métodos clásicos, transitando a modalidades integradas respondiendo a principios organizadores de carácter epistemológico cada vez más plural, en un movimiento exploratorio orientado a superar cierta ingenuidad conceptual. Algunas de estas nuevas respuestas creativas surgen de experimentos de sistematización en miras al modelamiento de procesos interactivos. En un ambiente analítico intenso emergen una serie de modalidades de articular teoría, práctica, epistemes. Ejemplo de esto son:
La propuesta de Antolín López, sostenida sobre los principios de la planificación social de los países nórdicos. Esta propuesta que se ancla en la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso responde a supuestos de carácter positivista.
La Escuela de Trabajo Social de la Universidad Católica de Valparaíso desarrolla, en esta coyuntura creativa, un enfoque metodológico fenomenológico de carácter dialéctico cuyas bases fueron codificadas por el profesor Vicente de Paula Faleiros.
Mientras esto sucede en Chile, el profesor Germán Zabala de Colombia propone una aproximación metodológica en el Seminario de la Konrad Adenauer, propuesta que se fundamentó en conceptos de la dialéctica del Capital de Marx, de la lingüística de Pierce, además de la consideración de las particularidades de la forma de producción a la manera Latinoamericana, que incorpora una lectura cultural de la inserción y transformación social.
Argentina por su parte responde con la configuración de lo que se dio en llamar Grupo ECRO, una propuesta critica de alta ‘plasticidad’ bajo la consigna de Esquema Conceptual, Referencial yOperativo, fundado en el avance de las elaboraciones de la teoría Cognitiva. Estas metodologías forman parte de la respuesta a los desafíos de la Reconceptualización.
Cuando estábamos en la universidad, estamos hablando de los años durante la Unidad Popular entre el 70-72. Fueron los años más intensos para nuestra formación. Nosotros formábamos equipos de trabajadores sociales, que a su vez nos vinculábamos con estudiantes en prácticas de la Universidad Federico Santa María, nosotros le dábamos una pauta de trabajo, y ellos tenían que analizar la relación entre trabajo y producción, tenían que ser capaces de analizar los procesos productivos y las estructuras productivas. Tenían que hacer unas maquetas para poder graficar los procesos productivos para poder presentarla en una reunión que teníamos al final de la tesis, y los y las estudiantes llegaban con sus maquetas y las exponían, porque nos interesaba que los alumnos tuvieran contacto previamente con la realidad, que conozcan la realidad, que conozcan la vida del obrero antes que conozcan la vida de la empresa y su conjunto, la idea era poder sensibilizar a los estudiantes con su rol en el contexto y con los valores de la solidaridad y transformación social, eso era un poco resumidamente. Teníamos como 400 alumnos, pero no era una práctica productiva, sino que era una práctica social en relación con lo productivo, en ese espacio nos manejamos de alguna manera. El equipo que teníamos era excelente, las y los estudiantes de Trabajo Social que ejercían como ayudantes, eran como 20, cuando nos encontramos ya después del golpe, nos comentaban que les había servido mucho el entrenamiento que le habíamos dado nosotros, porque les habíamos entregado más herramientas blandas, o sea ellos tenían más argumentos para defender a un trabajador o una visión de sociedad. Desde una sociología crítica, eran profesionales que llevaban una gerencia en las empresas, valorados porque tenían mucha más locuacidad y capacidad de moverse en distintos registros.
Antes del golpe militar, la práctica de quienes nos formábamos en Trabajo Social se estructuraba enel desarrollo de trabajo con obreros, con pobladores, con movimientos sociales, era práctica de movimiento social y tenía mucha potencia. Nosotros estábamos volcados totalmente en esa línea. Trabajábamos con los sindicatos campesinos de la región de Valparaíso y trabajábamos con los pequeños propietarios de la reforma agraria, éramos 6 o 7 ‘cabros’3 que nos fuimos a vivir en una casa en el campo con la gente, allí estuvimos todo el tiempo, previo del golpe, en realidad estábamos trabajando con un modelo que nos pasó el colombiano Zabala, y con ese modelo hacíamos un estudio, con fichas, para ver las relaciones de producción, relaciones de uso de campo. Teníamos tres o cuatro conceptos claves con los cuales podíamos ver la dinámica, los intereses, como funcionaba la dialéctica entre los grupos sociales, caracterizando al dueño de fundo, caracterizando a los trabajadores, inventamos un aparato para medir los terrenos porque los de la reforma agraria no tenían como oficializar la tenencia del terreno. También trabajábamos sacando cebolla, metimos las manos en la tierra, y así poder mirar la realidad desde ellos mismos, era como un enfoque entre fenomenológico y dialéctico.
Desde lo que nos cuentas, las miradas más conservadoras y pragmáticas se fueron tensionado con apuestas más críticas para pensar el Trabajo Social, pero en ese tránsito, ocurre el Golpe cívico-militar, ¿Qué nos puedes contar a propósito deeste acontecimiento y detu vida personal, académica y profesional?
El Golpe nos dejó desnudos a la realidad que estábamos viviendo, estaba toda la cuestión de lucha armada, y fue justo cuando empezaron esas disquisiciones. Después del Golpe seguí dos años más en la escuela de Trabajo Social, pero era muy complicado trabajar en ese contexto y el clima de trabajo era imposible. Nosotros nos mirábamos las caras, no sabíamos qué hacer porque nos intervinieron y, la verdad, las miradas conservadoras comenzaron a hacer la hegemonía dentro del espacio de formación.
En Valparaíso se dio una persecución de profesionales, fue el Colegio4 que lo abordó con mucha responsabilidad y realmente trabajaron para poder lograr estos cambios, había personas que no eran de izquierda y se la jugaron mucho para poder sacarlas del país o resguardar a muchos. La iglesia también ayudó un poco. Desde el Colegio se colaboró para cuidar y proteger a la gente, incluso Nelda Rodríguez trabajó para incidir en la protección de compañeros, aunque que ella no era de izquierda, pero asumía una responsabilidad gremial. Todos tenían sus medallas milagrosas, en el sentido que comenzaron a ayudar. Nosotros estábamos organizados en una red de profesionales informales para protegernos.
Echaron a unos estudiantes del Partido Comunista más comprometidos con la ideología. Las y los estudiantes estaban en el tercer piso de la Facultad de derecho, se encerraron y desde ahí tiraron todas las cosas y decían “no tienen derecho a echarnos”. Otras y otros estudiantes se fueron a Brasil, México, Ecuador, se arrancaron, o sea no arrancar, sino que salir de este espacio tóxico que era estar en la universidad en esa época.
Por otro lado, tuvimos una visita de la FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), había colombianos, mexicanos, de distintos países, y entonces llegaron, y de algún modo nosotros entramos en el juego con ellos. La profesora de investigación, Marta Letelier5, hizo un trato con ellos para hacer una encuesta masiva en los cerros de Valparaíso, para estudiar el tema de la pobreza, llenó una sala entera de encuestas, era una encuesta que nos iba a permitir tipificar los grupos de la pobreza en Valparaíso, era una muestra grande y toda la escuela se metió en ese proyecto. Ahí llegó una profesora de Santiago, que era muy cercana a la Democracia Cristiana, que consiguió puestos en la Escuela para profesores de Santiago, de la Chile de Santiago que habían sido expulsados por razones obvias y, de algún modo, esas personas lograron influir. Otro profesor hizo un estudio de cómo habían cambiado los funcionarios públicos, después de la toma de Gobierno, y esa investigación estaba dando datos muy específicos y muy claro, respecto a cómo se estaba perdiendo el rol del Estado en los programas sociales, entonces la Radio Moscú empezó a transmitir esos relatos y ahí empezaron a buscar quién tenía toda esa información. Bueno... esas cosas me tocaron ver.
Lo más importante de este proceso es relatar sobre el clima que estábamos viviendo, obviamente era tenso. Los profesores se auto censuraban, recuerdo que cuando salí comencé a hacer clases, en la Universidad Federico Santa María, en un departamento que sembraba inquietudes en los estudiantes y eso rebotaba en otras partes, nos cerraron ese departamento y ahí quedé desempleado.
Estamos hablando del año 74-75, estaba bastante movido aquí el ambiente. Y entonces me fui al sur de Chile. Me fui a Coyhaique a trabajar en correos y telégrafos. Éramos los únicos trabajadores sociales en ese espacio y realmente fue una aventura bien particular, pero bien especial. Imagínense llegue allá y estaban todos vestidos de uniformes los funcionarios públicos, los arquitectos, de todos los servicios estaban militando en el regimiento, yo desde que llegué no fui nunca al regimiento, no tenía ni intención de meterme a eso. Pero un día me llama el director de correos y me dice “Usted señor Oneto no ha estado yendo a los ensayos de la mañana”, y le dije “Si, y no voy a ir tampoco”, realmente esa dialéctica estaba bien fuerte, tuvimos que andar con mucho cuidado, ser muy precavidos en lo que hacíamos y decíamos. Ahí supimos que ser profesional era una tensión permanente. Igual se portaban ‘re’6 bien conmigo, una vez me dijo: “¿Usted tiene casa?”, “No”, le dije yo, “¿Y no quiere que le dé una casa pública?”, “No” le dije yo. Porque te estaban ofreciendo una casa, son ‘re’ caros los arriendos allá (Coyhaique). Una casa para ayudarnos a estar en el sur, y yo dije “que me importa esta casa”; además no quería asumir compromisos con este gobierno, además quién sabe lo que pase después, iba a parecer un gusano que se estaba aprovechando de este gobierno, así que yo me quedé con lo que tenía no más.
Estuvimos tres años en Coyhaique trabajando en ese tiempo, igual nos miraban con sospecha,porque trabajamos en el Estado y veníamos llegando desde fuera de la región.
Los primeros años del Golpe te mantienes en la Universidad y luego migras al sur. Posteriormente tienes un retorno a la universidad. ¿Quéefectos asociadosal Golpe notaste en laconfiguración del espacio académico?
Los efectos inmediatos del Golpe es que se produce la diáspora, las escuelas se cierran o se encierran. Por ejemplo la gente de la Universidad de Chile en Valparaíso fueron rápidos, hicimos una convención, dialogamos, sabíamos lo que podría venir y se comenzó a armar el nuevo currículo, la pregunta por ese currículo es compleja, porque imagínate que tuvimos uno transformador, crítico, marxista y en ese momento fue como se podría decir hoy bien ‘amarillo’, no podía ser distinto, porque en ese momento todos los de izquierda habían sido expulsados de la escuela, todos los que tenían militancia, yo llegué ahí porque no militaba formalmente, siempre sospechoso. Dije “Yo, no firmo ninguna cuestión, porque dije que después podía terminar en algún lío”, finalmente no firme nada, yo era considerado del MAPU7, me parecía interesante la propuesta del MAPU, pero no era partidario firmado y con timbre, nunca milité. Eso lo hice posteriormente, a los años después en el Partido Socialista. Firmé y la DINA se metió a robar el computador del partido, después resultó que unapersona fue a mi casa a preguntar quién era yo, qué hacía, dónde estaba, me siguieron harto tiempo. Esto era entre el año 1975-1976, o sea todavía estaban juntando información, pero conmigo no encontraron mucho parece, soy un poco cauto en ocasiones.
Después del Golpe la dirección de la Escuela quedó en manos de un grupo muy tecnócrata. La verdad lo más que se estudiaba en ese tiempo era Greenwood, el cual creía que la tecnología era la fuente del Trabajo Social contemporáneo, que tenía que ser tecnológico, donde todo se tenía que medir. Era un modelo centrado en los pasos técnicos más que en otras cosas más sociales, ver y hacer diagnóstico, lo mismo que tu harías en un modelo empresarial. Entonces la visión o perspectiva de la revista de Trabajo Social de la Pontificia Universidad Católica de Santiago le daba más realce a esa visión, porque era la visión que nos podía servir. Margarita8 dice que ella viajó por toda América latina predicando, porque era serio, uno lo lee de nuevo y está bien hecho, bueno... dentro de su ideología se puede trabajar con esto. Obviamente a su manera, pero yo diría que eso salvó al Trabajo Social, fue como una especie de puente de plata. El Trabajo Social se abrió desde la sociología y la psicología critica, en Valparaíso, con la Escuela de psicología, por ejemplo, con los diálogos con el querido Domingo Asún9, él tenía una visión bastante critica, que reunía a los estudiantes, que mantenía una visión más crítica. Él estaba fuera de la Escuela, pero dialogaba mucho con los alumnos.
Luego se volvió una cuestión sórdida, porque ya no existía la dinámica de antes, una dinámica súper comprometida, en el campo, trabajar con los pobladores, era una cuestión interesante. Lo más crítico que teníamos era la señora Marta Letelier, de lo que podíamos considerar de sectores más conservadores. Porque piensen ustedes que estaba Kast10 a cargo del Ministerio de Planificación, armó un modelo casi sistemático, para todo tenía un puntaje, era muy tecnológico era para evitar que el corazoncito de los trabajadores sociales le diera más a uno que a otros. Esa es la herencia técnica de la derecha social, porque lo hicieron con mucho oficio. Esto era un Golpe para el Trabajo Social porque nos decían “quédense ahí ustedes y apliquen esta cuestioncita”.
Nosotros de repente hacíamos cuestiones más técnicas con las y los estudiantes en el área de infancia, yo tenía una encuesta, en esa época se estaba haciendo un estudio de las causas de los niños de la calle, teníamos un cuestionario completo con el cual se podía diagnosticar si era la familia la que estaba fallando, o era el barrio, tenía como 400 preguntas.
Después de dos años volví a la universidad, y me hicieron responsable de las asignaturas prácticas. Nosotros seguimos trabajando desde un modelo más conservador. Entonces, ahí me tocó armar las prácticas, porque no había programa de prácticas en la escuela cuando llegué. Armé un modelo súper lógico, muy estratégico y casi planificación. Yo pensaba: “esto tiene que funcionar y tener resultados”, y desde ahí me dijeron que yo era demasiado exigente.
Hemos realizadoun recorrido desde tutrayectoria, en dos grandes momentos, antes y después del Golpe.Desde un periodo más extenso, que podríamos denominarpost dictadura, ¿qué repercusiones y discusiones se han ido heredando?
En los últimos años del Golpe, mira yo me metí en una comisión técnica del PPD, éramos como 15 profesores universitarios de la Universidad Católica, de la Universidad de Valparaíso y de la Universidad Santa María. Hicimos una comisión desde cada una de nuestras especialidades, y comenzamos una propuesta de trabajo para después de la vuelta democracia... bien interesante la verdad. Después estábamos en una comisión de la pobreza, pero en ese grupo éramos como 20 y se trabajaba bien, muchos de ellos quedaron de ministros, senadores, diputados. Ese grupo técnico estaba relacionado con la CEPAL, tenían distintos cursos de administración pública, finanzas, aspectos para apoyar el proceso de apertura democrática, estamos hablando de los años 89-90. Ahí obviamente había una visión crítica, y como la CEPAL estaba en una postura crítica -acuérdense que estaba el presidente de Brasil- gente que estaba en la política también no solamente gente académica, y existían puentes. Nosotros nos apoyábamos mucho en la CEPAL de esa época, porque había ideologías que pudieran democratizar o ideologías que podían hacer de puente para las transformaciones que venían. Bueno... yo estuve metido en ese entrenamiento que se hizo a los funcionarios, y la verdad es que era un entrenamiento bastante ad-hoc, no era para nada una cuestión revolucionaria y, desde esa mirada no se quiso hacer nunca, porque iba a ser un problema. Bueno... ustedes saben el clima que se dio en esa época con los boinazos y todos los aspectos que estaba controlando, el gobierno militar.
Cuando asume el gobierno de Aylwin, cuando se sacaron a los senadores designados, por ahí recién se empezó a visualizar signos de apertura, por lo menos permitir que los votos tengan sentido. Yo en esas circunstancias, considerando lo que estaba sucediendo en otros países de América Latina, en Perú y Bolivia, lo que sigue pasando en otros países, y considerar la probabilidad en que un gobierno se estabilice, los únicos que creemos en la democracia somos nosotros, porque los militares no creen en ninguna democracia.
Actualmente no veo valores que vayan moviendo esta cuestión, en un escenario de harta beligerancia, está pasando que los recursos se están agotando, y de algún modo existirá una restructuración de la población mundial.
A propósito de esto último, ¿cómo contemplas el Golpe desde la actualidad, pensando en el futuro y lo que nos depara para nuestra sociedad y para el Trabajo Social? ¿cómo contemplas a nuestra sociedad y al Trabajo Socialdesde este acontecimiento?
Hay que pensarlo como los pisos de una torta, en donde hay que desarmar la torta y rearmarla y eso no sé cómo lo vamos a hacer, porque la torta quedo mal distribuida. No le veo restructuración de las confianzas entre lo civil y lo militar, cómo puede el poder civil sobreponerse al poder militar o de defensa y lo miro con desconfianza porque no veo soluciones, porque las Fuerzas Armadas y de Orden prometen y las autoridades prometen y prometen tales cosas.
Los militares deciden, por ejemplo, el tema de las AFP11, las AFP no las queremos, no van a llegar, y entonces ellos deciden, ellos deciden por todo y les va bien con ese sistema. Entonces yo creo que con esas lógicas no vamos a llegar nunca a una sociedad equitativa, y todos tenemos que callar, no podemos hablar de eso, no es problema y así sucesivamente. Bueno... todo lo que pasa, como lo mueve la prensa, como han hecho todo para que la cosa funcione como ellos quieren, pero es una cuestión actual, ni en los tiempos de dictadura la población era tan manejable a través de la concertación de los medios de comunicación, nunca fue algo tan fuerte y concertado como lo es actualmente.
Veo que en general hay una especie de concertación subterránea de no facilitar nada a un gobierno democrático. Bueno... al final todo va a depender de lo económico, si a Chile le va bien en lo económico con este sistema exportador y extractivista, Chile se va a mantener y el cambio será limitado.
La pregunta es, ¿se puede cambiar algo, cuando no cambia el sistema económico extractivista?, al final es necesario analizarlo desde todos los frentes, yo creo que este momento, contextualizado en el desorden mundial que hay, lo mejor es tener buena calidad en la educación, los que van a construir el futuro, porque hoy en día no lo van a construir desde las políticas sociales. Considerar ¿qué es lo más importante que se deba tener al momento de enfrentar una crisis?, esa es la pregunta que yo me haría, si logramos encontrar la respuesta, creo que vamos a sufrir menos que otros países.
Yo veo con mucha dificultad que tengamos tiempo prudente o clima adecuado para hacer Trabajo Social equitativo y responsable. Espero que nos vaya bien con el oxígeno verde, con la venta de los barriles, ingresarán muchos recursos, pero la pregunta es ¿quién se los va a llevar? Los precios del cobre suben y no pasa nada. Es un poco decepcionante, termino deprimido, ¿cómo pensar un sistema que nos permita cambiar esta tendencia?
1 Doctor en Trabajo Social, Universidad Nacional de Rosario, Argentina. Magister en Políticas Sociales y Gestión Social, Universidad ARCIS, Chile. Trabajador Social, Universidad de Valparaíso. Académico Departamento de Trabajo Social de la Universidad Alberto Hurtado, Chile. E-Mail: rocortesm@uahurtado.cl
2 Doctorante Trabajo Social Universidad Alberto Hurtado. Magíster Interdisciplinario en Intervención Social Universidad Alberto Hurtado, Trabajador Social Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Académico Trabajo Social Universidad Andrés Bello, Viña del Mar, Chile. E-Mail: mauricio.sanchez@unab.cl
3 En Chile es una jerga para denominar a los jóvenes
4 Colegio de Trabajadoras y Trabajadores Sociales, Valparaíso.
5 En Chile jerga para decir mucho o muy.
6 Marta Letelier Letelier. Destacada docente de Investigación en Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso.
7 Movimiento de Acción Popular Unitaria.
8 Margarita Quesada Venegas. Destacada asistente social, Magíster en educación, académica e investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Una de las autoras del libro: Un enfoque operativo de la metodología en Trabajo Social. Editorial Humanitas, 1982.
9 Domingo Asún Salazar (+ 2015). Referente de la psicología social en Chile. Psicólogo y Magíster en psicología Social. Se desempeñó destacadamente en diversas universidades del país.
10 Padre del actual excandidato presidencial de extrema derecha, José Antonio Kast.
11 Administradoras de Fondos de Pensiones.