REDES SOCIALES DE INTERCAMBIO Y DE PAGO DE DEUDAS EN PAREJAS JÓVENES PROFESIONALES ENDEUDADAS DE SANTIAGO DE CHILE[1]

Social networks of exchange and debt payment of young professional indebted couples in Santiago, Chile

 

Lorena Pérez-Roa[2]

Javier Donoso-Bravo[3]

Recibido: 16/10/2018

Aceptado: 26/12/2018

Resumen
En un contexto de financiarización de la vida social y de aumento sostenido en los niveles de endeudamiento y de precarización de las condiciones sociales de las llamadas “clases medias”, el presente artículo se propone analizar cómo las parejas jóvenes de clases medias de Santiago reorganizan sus roles y relaciones de interdependencia para responder al endeudamiento problemático, que se comprende como el proceso mediante el cual una situación “normal” (contratar créditos) se vuelve problemática para los individuos. A partir de una serie de 20 entrevistas semi-estructuradas realizadas a parejas de jóvenes profesionales en Santiago de Chile, se busca dar cuenta del carácter relacional de los procesos de endeudamiento y de la forma en que, el pago de las deudas, reorganizan la naturaleza y las significaciones de las redes sociales de interdependencia. Los resultados dan cuenta cómo las parejas se apoyan en sus redes íntimas de familiares y amigos/as para poder responder a sus compromisos financieros. Los usos de estas redes marcan las trayectorias de endeudamiento de las parejas y sus posibilidades de sobrellevarlo.

Palabras clave

Redes sociales de intercambio, relaciones de endeudamiento, financiarización, solidaridad familiar.

 

Abstract

Considering the financialization of public life and the sustained increase in levels of indebtedness along with the insecure social status of the so-called “middle classes”, this article seeks to analyze how young, middle-class couples in Santiago reorder their roles and interdependent relationships in order to deal with problematic indebtedness, which is understood as the process through which a “normal” situation (using credit) becomes problematic for these individuals. Starting with a series of 20 semi-structured interviews conducted with young, professional middle-class couples in Santiago, Chile, we aim to elucidate the relational character of indebtedness processes in general along with how paying down debts restructures the nature and meanings of interdependent social networks. The results depict how couples get support from their close family and friend networks in order to handle financial commitments. Using exchange networks affects the debt trajectories of couples and their ability to manage them.

 

Key words

Social networks of exchange, indebtedness relationships, financialization, family solidarity

 

Cómo citar

Pérez Roa, L. y Donoso Bravo, J. (2018). Redes sociales de intercambio y de pago de deudas en parejas jóvenes profesionales endeudadas de Santiago de Chile. Intervención, 8(2), 23-38.

1. Sobre el mercado del crédito y las prácticas de endeudamiento en el Chile neoliberal

El acceso al crédito ha permitido que las familias chilenas aumenten sus posibilidades de acceso a los bienes y servicios, por lo que se modificaron considerablemente sus condiciones de vida e incrementaron sus niveles de endeudamiento (Barros, 2008; Fuenzalida y Ruiz-Tagle, 2009; Salgado y Chovar, 2010; Ruiz-Tagle, García y Miranda, 2013). Entre los años 2000 y 2009, la deuda promedio de los hogares chilenos creció a una tasa promedio de 12,8% real anual, lo que ha significado un aumento de la relación deuda/ingreso a 35,4% a 59,9% en dicho periodo (Banco Central, 2010). Actualmente, la deuda de los hogares chilenos se ha encumbrado a un 71,1%, lo que representa un registro histórico a la fecha[4].

 

Una de las variables que explican el aumento sostenido en los niveles de endeudamiento, es la entrada de instituciones no bancarias (retails) al mercado del crédito (Montero y Tarjizán, 2010; Barros, 2011; Ruiz-Tagle, García y Miranda, 2013). La entrada de las instituciones financieras no bancarias al mundo del crédito ha favorecido el acceso al crédito a una población que históricamente se encontraba marginada. Para Barros (2009) y Marambio (2011), la alta tasa de bancarización de los estratos medios y bajos se encuentra estrechamente ligada a los instrumentos del retail. Esta mayor penetración de los instrumentos financieros en los sectores medios y bajos ha sido monitoreada de cerca por los economistas, quienes la califican como algo positivo en tanto facilita el acceso de los hogares al financiamiento y no parece estar relacionada con un aumento en la vulnerabilidad de los hogares chilenos y, por lo tanto, no compromete la estabilidad financiera (Ruiz-Tagle, García y Miranda, 2013). Desde las Ciencias Sociales, pocas investigaciones empíricas se han interesado en el estudio del endeudamiento en general. Destacan los trabajos de Marambio (2011; 2012; 2018) sobre el endeudamiento y retailización en grupos medios y emergentes, y los trabajos de Araujo y Martuccelli (2012) sobre los procesos de individualización en Chile, en los que documentaron ampliamente la experiencia de los/as chilenos/as frente a la masificación del crédito y su consecuente aumento en los niveles de endeudamiento.

 

Ahora bien, lo que distinguiría a la sociedad chilena de otras sociedades de consumo de masas, es la soledad con la que los individuos se enfrentan al proceso de masificación del consumo. Esta ausencia de una institucionalidad que proteja el accionar de los individuos en el espacio económico, quedó claramente de manifiesto en la gran adhesión social que el movimiento estudiantil del año 2012 logró bajo el eslogan “no al lucro” (Figueroa, 2013) y ha sido investigada en el caso específico de los deudores de los créditos de pregrado de la Corporación de Fomento de la Producción [5] (Pérez-Roa, 2014a; Pérez-Roa 2014b; Pérez-Roa, 2015). Todos estos casos han evidenciado no solo la vulnerabilidad de los consumidores frente al mercado crediticio, sino también cómo el riesgo financiero ha sido traspasado directamente a los individuos (Lazaratto, 2011). Los sistemas de repactación unilateral de deudas (Alfaro y Polanco, 2012), las elevadas tasas de interés y las exigencias de avales anuales de los créditos de educación superior (Pérez-Roa, 2014a; Pérez-Roa, 2014b; Pérez, 2015) son claros ejemplos de cómo las instituciones crediticias traspasaron el riesgo financiero de abrir el mercado crediticio a estratos sociales más desfavorecidos directamente a los individuos y sus familias.

 

Las redes sociales, en general, son un marco fecundo para poder comprender las prácticas económicas de los individuos como decisiones incrustadas en un contexto social determinado (Granovetter, 1973; Davern, 1997). En Latinoamérica, en específico, las redes sociales son estratégicas en tanto favorecen el acceso a los recursos y apoyos a la supervivencia de los sectores más pobres de la población (Lomnitz, 1994; 2004) y, a su vez, como red de protección e intercambio en los sectores medios de la población (Barozet, 2006). En el caso específico del endeudamiento, estudios anteriores (Pérez, 2014), muestran que las redes sociales son usadas tanto para acceder al crédito -a través de la figura del aval o codeudor solidario- como para poder responder a los compromisos financieros. Las redes familiares son muchas veces fuentes de préstamos de dinero en caso de emergencia. Los recursos que se movilizan entre los participantes de las redes no son solo dinero, sino también instrumentos financieros como cheques, tarjetas de crédito, entre otras. Un reciente estudio de Ossandón, Ariztía, Barros y Peralta (2017) describe cómo se tejen circuitos de préstamos de tarjetas de crédito entre conocidos. Desde ahí, interesa ahondar en el uso de las redes sociales de intercambio en aquellas parejas jóvenes que se enfrentan a un problema de endeudamiento problemático. La idea es explorar las razones y justificaciones que las parejas entrevistadas le dan al uso de redes y las valorizaciones de estas en un contexto de dificultades económicas. Para ello, el presente artículo se estructura a partir de tres apartados: una referencia conceptual a la noción de redes de intercambio y su relevancia en el estudio de las relaciones de endeudamiento; una breve presentación metodológica; y, en tercer lugar, se discutirán los principales resultados a partir de tres usos que se le dan a las redes sociales de intercambio.

 

1.1. Redes de intercambio y relaciones de endeudamiento

El “sistema del don”, entendido como una serie de obligaciones recíprocas que emergen de las relaciones sociales que establecen individuos y grupos, las cuales Mauss (2010) tan acertadamente describió en sociedades arcaicas, hoy continúan vigentes. Godbout, Caillé y Winkler (1998) y Brandon (2000) han analizado la pervivencia de este sistema del don-regalo en la esfera de las relaciones familiares y de amistad en las sociedades modernas capitalistas.

Los lazos familiares, como uno de los vínculos sociales más básicos, activan esta reciprocidad entre sus miembros, la que se manifiesta en intercambios tales como la ayuda en servicios, regalos y hospitalidad. Este sistema de regalos y contra-regalos familiares deriva en una dependencia entre los miembros de la familia, la cual en un contexto de dificultades –por ejemplo, económicas- lleva a emerger estrategias intergeneracionales de apoyo, las cuales, si bien son útiles para enfrentar situaciones complejas, implican dificultades para el establecimiento de la autonomía familiar (Portugal, 2009).

 

La antropóloga mexicana Lomnitz (2008) define las redes de intercambio como el campo en el cual se intercambian bienes, servicios e información económicamente relevante. Estas se caracterizan por ser recíprocas y redistributivas, se basan en instituciones tradicionales tales como el parentesco y la amistad, más que en instituciones formales reguladas por el Estado (Lomnitz, 2008).

 

Las redes de intercambio son centrales para entender los procesos de integración social en América Latina. La cohesión social en los países de América Latina se asienta desde el lazo social y no desde las instituciones, como en el caso de las sociedades europeas. Las razones de este proceso son principalmente de orden estructural, y se explican a grandes rasgos por la debilidad de los mecanismos de integración sistémica, que hicieron que los lazos sociales jugarán un rol estratégico como mecanismos de integración social (Lechner, 1987 en Martuccelli, 2010). Para Martuccelli (2010), este lazo social se asienta en una tensión estructural, propia de las sociedades latinoamericanas, entre las relaciones jerárquicas y el anhelo de igualdad. La “jerarquía”, a juicio del autor, se sustenta en el poder económico, político e incluso racial, que es hereditario y está presente a partir las estructuras coloniales, en tanto, el “igualitarismo” se expresa a través de los reclamos colectivos por justicia y de las aspiraciones de igualdad que se observan a lo largo de la historia de América Latina. Los movimientos entre estas dos relaciones constituyen una manera original de ser y de relacionarse en América Latina, caracterizada por la tensión de preservar un vínculo de jerarquía y al mismo tiempo avanzar hacia relaciones más igualitarias (Martuccelli, 2010). Convivir cotidianamente con una jerarquía, estable y poderosa en términos políticos y, sobre todo, económicos, configuró en el paisaje de las sociedades latinoamericanas un entretejido de relaciones con fuertes rasgos paternalistas y de subordinación, con lazos de “ayudas mutuas” y solidaridades que cuestionaban y desafiaban dicha verticalidad. La falta de una institucionalidad de protección proveedora de integración social, promueve el establecimiento de redes de intercambio que provean y distribuyan los recursos.

 

En el caso de Latinoamérica, en general, las familias son el punto de partida de toda red de intercambio (Lomnitz, 1998). Las redes de intercambio son estrategias de supervivencia que le permiten a las familias, particularmente a las más pobres, operar en la asignación de recursos escasos y distribución de servicios insuficientes; disponer de seguridad colectiva en contra las amenazas del sistema formal; y como fuente de recursos en caso de emergencias. En el caso de las clases medias, las redes de intercambio son también un recurso económico de protección que funciona a través de lo que Lomnitz (1991) llamó “relaciones de compadrazgo”, y que años después Barozet (2006) describió como “el pituto”[6]. Tanto el compadrazgo como el “pituto” refieren a prácticas que consisten en un sistema de intercambio continuo de favores que se dan, se reciben y se motivan dentro de una “ideología de la amistad”. Para Lomnitz (1991), estas relaciones permiten entender la reproducción y redistribución del papel económico y político de la clase media en la historia de Chile. Desde un punto de vista teórico, los vínculos por los cuales transitan los favores son flexibles y basados en una ideología del don y del contra don, que determina una deuda simbólica y favorece en el tiempo la permanencia ritual de los vínculos, al sellar la obligación de reciprocidad (Barozet, 2006). Las redes de intercambio, a pesar de sus diferencias de estructura, se sostienen en ciertos elementos en común: se definen en función de la confianza o comprensión compartida de la cercanía social; los mecanismos de confianza dependen a menudo de la participación activa de las mujeres; cada individuo cuenta con una red de parientes, conocidos y amigos/as, cada uno de los cuales tiene su propia red; y, finalmente, estas redes se construyen de acuerdo con las reglas culturales básicas y representan el capital social de los individuos (Lomnitz, 2008).

 

Si bien en las relaciones de pareja las redes de intercambio no han sido particularmente estudiadas, sí lo han sido las relaciones de solidaridad al interior de la familia. Algunos estudios sostienen que, a pesar del carácter individualista, las familias desarrollan solidaridades intrafamiliares para sostener las crisis económicas (Carney, Scharf, Timonen & Conlon, 2014). Las luchas cotidianas por hacer rendir los ingresos y responder a los compromisos financieros involucran múltiples dimensiones de la vida cotidiana que son portadoras de diversos universos de sentido y que están sujetas a la influencia de las relaciones sociales, culturales y emocionales (Villarreal, 2008). En este sentido, se comprende que los procesos de endeudamiento se constituyen en la base de relaciones sociales. El uso de los instrumentos crediticios involucra una red social más amplia que se configura a partir de las transacciones económicas y las prácticas financieras (Villarreal, 2008). En este sentido, los trabajos de Wilkis (2013; 2014) documentan el rol de las redes familiares para acceder al mercado del crédito y cómo estas relaciones se van transformando producto de las exigencias crediticias. Las exigencias de avales, por ejemplo, pueden expandir las relaciones sociales de la deuda más allá de la red familiar primaria (Pérez-Roa, 2014).

 

Para fines de este trabajo, los procesos de endeudamiento son comprendidos como “circuitos relacionales”. Esta idea retoma la noción de “circuitos comerciales” de Zelizer (2006), la que asume que los procesos de endeudamiento se componen de relaciones y vínculos interpersonales que, tal como lo establece Barros (2011), demarcan rutas de transacciones crediticias definidas a partir de los usos y las significaciones de la deuda.  Lo anterior implica suponer que, más allá de ser una suma monetaria de deudas (Han, 2012), el endeudamiento implica transacciones y relaciones de orden social, cultural y simbólico. Las parejas, tal como las familias, negocian de manera constante, tanto las deudas acumuladas como los gastos (Zelizer, 2011). El interés del artículo es dar cuenta cómo esas negociaciones se entretejen con redes de intercambio que les permiten a las parejas “llegar a fin de mes”.

 

2. Encuadre metodológico

El presente artículo se enmarca dentro de los resultados de “La odisea de llegar a fin de mes: estrategias de pago de deudas de familias jóvenes de clases medias en Santiago y Concepción”, financiado por el Fondo de Investigación Científica y Tecnológica de Chile - FONDECYT de iniciación Nº11150161, el cual tenía por objetivo estudiar las estrategias que las familias jóvenes de clases medias utilizan para responder a una experiencia de endeudamiento problemático.

 

Para este artículo, se presentan los casos de las parejas de Santiago de Chile. En ese marco, y a partir de una estrategia metodológica cualitativa, se llevaron a cabo 20 entrevistas semi-estructuradas a parejas jóvenes profesionales y deudoras, entre los meses de marzo y septiembre del año 2017. Las entrevistas cualitativas tuvieron una duración promedio de 60 minutos y se desarrollaron a partir de una pauta de preguntas abiertas. A través de ellas, se buscó reconstruir la trayectoria educacional y laboral de los participantes, indagar en la gestión del dinero y los pagos por parte de la pareja, así como también su experiencia de endeudamiento. El objetivo, en particular, era que ambos participantes temporalizaran su trayectoria de endeudamiento en función de ciertos hitos que marcaron bifurcaciones (Bidart, 2006). Dichos hitos o bifurcaciones fueron construidos a partir de lo que la literatura en la materia reconoce como el “ciclo del endeudamiento” (Duhaime, 2001; 2003), cuyos momentos son los siguientes: “entrada al endeudamiento”, caracterización de la condición socioeconómica familiar, del proyecto de estudios, del proceso de acceso al crédito, entre otras; “punto de quiebre” (Duhaime, 2003), momento en que la deuda se transforma en un problema (llegada de hijos, cambios laborales, cambio en la estructura familiar, etc.);  y “estrategias de salida”, que describen como se proyecta la salida de la situación  de endeudamiento. Para los fines de esta investigación, el trabajo se centró en las estrategias de salida y en los usos que las parejas hacen de las redes de intercambio para sostener la fragilidad económica que atraviesan. Específicamente, se enfocó en parejas porque interesa observar y analizar la dinámica que se establece entre sus miembros respecto a sus estrategias, priorizaciones y decisiones en torno a los pagos y las deudas. En ese sentido, se asume la existencia de diferencias de género en la gestión del dinero y deudas, las que son visibles cuando se interrogan las relaciones de parejas y familiares (Valentine, 1999).

 

La selección de las parejas se hizo a través de tres medios principales: Primero, se contactaron individuos a partir de la realización previa de una encuesta online, a quienes se les invitó a dejar su contacto si les interesaba participar en las entrevistas. Segundo, a través de una invitación lanzada en redes sociales. Y tercero, a través de las propias parejas entrevistadas que referenciaron a parejas conocidas. Cabe señalar que los requisitos eran ser pareja, vivir bajo el mismo techo y compartir gastos. Dependiendo de la comodidad de la pareja, algunas de las entrevistas se realizaron en espacios públicos (plazas, cafés), mientras que otras fueron realizadas en sus propios hogares. Previamente a cada entrevista, se le informó a cada una de las parejas acerca de los objetivos de la investigación, y luego se les pidió firmaran un consentimiento para su participación. Finalmente, las entrevistas fueron transcritas y analizadas a partir de la técnica de análisis temático (Paillé y Mucchielli, 2008), en la cual la información es tematizada de forma secuencial, de modo de reagrupar y examinar los discursos de los temas abordados en el corpus de la investigación. Cabe precisar que, en virtud del consentimiento informado que cada uno de los participantes suscribió en el momento de la entrevista, y de los cánones éticos a los cuales esta investigación adhiere, los nombres de los participantes fueron cambiados por nombres de fantasía.

 

3. Resultados y discusión

3.1. La red familiar y la circulación de dinero, cuidados e instrumentos financieros

En torno a la familia se entretejen una serie de relaciones de intercambio, no solo económico, sino que también emocional y de cuidados, los cuales se vuelven fundamentales, en especial, como red de protección frente a las dificultades e inseguridades de la vida social (Godbout et al, 1998; Lomnitz, 1998; Barozet, 2006).

 

La mayoría de las parejas que se entrevistaron ha recibido apoyo de sus padres en el proceso de construcción de su independencia económica. Ya sea para el pie del crédito hipotecario, o para cuestiones del diario vivir, tales como apoyo en alimentos y cuidado de los niños; en general, todas las parejas se apoyan de las redes familiares para resolver sus cotidianeidades. Sin embargo, enfrentados a un endeudamiento problemático, estos apoyos se convierten en fundamentales.

 

En el caso de Luna (33 años, artista) y Roberto (30 años, sociólogo), el negocio que inició la familia de este y del cual ellos participaron, no tuvo los resultados económicos esperados. Además, tras el nacimiento de su hija, las cosas se pusieron aún más complicadas, obligando a la pareja a mudarse a la casa de la mamá de Luna como forma de ahorrar dinero. Vivir con la madre de ella les permite ahorrar alquiler, y obtener apoyo para el cuidado de su hija, y recíprocamente, Luna apoya económicamente a su madre de vez en cuando, por ejemplo, para gastos médicos u otros. Actualmente, Luna intenta sacar a flote su negocio de artesanías y Roberto busca reinsertarse de forma más estable en su profesión de sociólogo, luego de haberla dejado por un tiempo. El caso de esta pareja refleja la existencia y activación de esta red de protección familiar que presta ayuda económica y cuidados mutuos en contextos de alta precariedad laboral.

 

Por su lado, Pablo (35 años, ingeniero comercial) y Carla (28 años, fonoaudióloga) viven en la casa de la madre de él, junto a sus dos hijas, como forma de ahorrar dinero, y también, conservar las comodidades que les entrega residir en un barrio de clase media alta. En su caso, la poca estabilidad laboral que han tenido, sumada a lo que ellos califican como “malas decisiones”, los han llevado a una situación crítica de endeudamiento. Pablo vendió un departamento de su propiedad y un automóvil para poder salir de sus deudas, pero no fue suficiente, sus deudas continuaron aumentando, sobre todo tras las complicaciones de salud que tuvo Carla a raíz del nacimiento de su segunda hija. Todo lo anterior los condujo a una situación insostenible que los forzó a vivir con la madre de él.

 

Al igual que Carla y Pablo, muchas parejas han contado con el apoyo de su red familiar para poder enfrentar contextos económicos inciertos. Catalina (38 años, psicóloga) y Gustavo (29 años, asistente social) montaron un emprendimiento gracias al apoyo del padre de ella. Andrea (33, asistente social) y Tomás (35 años, psicólogo) reciben mercadería del pequeño almacén de su padre, mientras que Tomás les ayuda en diversas tareas del negocio. En el caso de Ana (29 años, publicista) y Ricardo (30 años, ingeniero), el padre de este último fue fundamental al otorgarles apoyo económico para que pudieran enfrentar los gastos asociados al comienzo de su vida en pareja.

 

En América latina, en general, la red familiar es un soporte central para apoyar tanto la inserción al mercado del trabajo, como los procesos de independencia y las crisis económicas que las parejas jóvenes enfrentan (Portugal, 2009). Ya sea por los aportes económicos directos o por otorgar techo y cuidado a sus hijos, las familias son una red de intercambio y protección fundamental frente a las dificultades e inseguridades económicas (Godbout et al, 1998). Sin embargo, los apoyos no se restringen exclusivamente a una circulación de dinero y cuidados, sino que también sirven de puente de acceso al crédito.

 

En el caso Pablo (35 años, ingeniero comercial), dada su situación de morosidad, tiene bloqueado el acceso al sistema crediticio, por ello accede al crédito a través de las tarjetas de la madre: “hoy día tenemos el soporte de crédito que ha pedido mi mamá, yo se los pago a ella, en el fondo, pero sé que estoy mermando la capacidad de una mujer ya en edad de 65 años”. En otros casos, Vicente (25 años, técnico) y Consuelo (26 años, técnico) pidieron un préstamo a través de la mamá para poder pagar sus deudas; mientras Laura (29 años, abogada) y Pedro (31 años, técnico) piden los préstamos a través del hermano de ella; y Andrea (33 años, asistente social) y Tomás (35 años, psicólogo) usan el crédito que pidió la hermana para poder pagar la sala de eventos de su fiesta de matrimonio. Estos usos compartidos de las tarjetas de crédito se configuran como circuitos de préstamo donde diferentes actores están conectados a través del uso compartido de estas tarjetas (Ossandón et., al 2017). Esta idea retoma la noción de “circuitos comerciales” de Zelizer (2006), la que asume que los procesos de endeudamiento se componen de relaciones y vínculos interpersonales que, tal como lo establece Barros (2011), demarcan rutas de transacciones crediticias definidas a partir de los usos y las significaciones de la deuda.

 

3. 2. La “ideología de amistad”: la importancia del apoyo de los/as amigos/as

En el caso de las parejas entrevistadas los/as amigos/as. al igual que las familias, operaban como una red proveedora de recursos en casos de emergencias económicas. Carolina (30 años, profesora de literatura) y Diego (30 años, antropólogo) viven en una situación de insolvencia permanente producto de su endeudamiento por créditos universitarios. La mejor amiga de Carolina le presta dinero regularmente para “llegar a fin de mes” y otra pareja de amigos/as cercanos, les facilitaron los cheques de garantía que necesitaban para poder arrendar su departamento. Luna (33 años, artista) y Roberto (30 años, sociólogo) pidieron un préstamo a dos amigos/as del trabajo de Roberto para resolver un “apuro económico”. Mientras que Carla (28 años, fonoaudióloga) y Pablo (35 años, ingeniero comercial) cuentan con los/as amigos/as de Pablo para “obtener liquidez”.

En una situación de insolvencia y con obligaciones urgentes que cumplir, algunas parejas recurren a algún amigo/a por préstamos de dinero para salir del paso. Esta forma de intercambios que opera bajo la lógica de la “ideología de la amistad” (Lomnitz, 1998) se basa en la confianza, lealtad y responsabilidad recíproca (Cucó Giner, 1995). Por ello, y a diferencia de las deudas familiares, es una estrategia de corto período de devolución de pago. Dependiendo de la cercanía de la relación y la urgencia económica, se establecen los criterios de devolución del dinero prestado. Algunas parejas son más flexibles con los/as amigos/as cercanos/as, en tanto sienten que les pueden explicar sus atrasos en los pagos y que ellos, dada su cercanía, entenderán. Pero todos los que usan estos recursos les pagan a los/as amigos/as más lejanos/as en prioridad. Saben que en contextos de amistad la confianza se construye en el pago y que un atraso puede mermar no solo la relación, sino que también sus posibilidades futuras de contar con este recurso: “la deuda que tenía Roberto con sus colegas era la que más le pesaba. Así que cuando recibió su primer sueldo -luego de un período de cesantía- lo primero que hizo fue devolverla, aunque nos quedáramos después sin ningún peso” señaló Luna (28 años, artista).

 

De la misma manera que las redes familiares, las redes de amistad les permiten a muchas parejas entrevistadas responder a premuras económicas y acceder a instrumentos financieros. Aquellas parejas que contaban con apoyos familiares y de amigos/as reconocían la importancia de estos apoyos para enfrentar sus precariedades económicas. Sienten que sus márgenes de acción son mayores y que estos apoyos les permiten “hacer rodar sus cuentas” con mayor facilidad. En efecto, el apoyo de familiares y amigos/as para las parejas es un recurso que forma parte fundamental de los movimientos de gimnasia financiera que realizan para poder llegar a fin de mes.

 

3.3. La “obligación moral” del deudor: el peso económico de ser el primer profesional de la familia

Si bien las redes familiares son un pilar central de apoyo en recursos materiales y de cuidado para las parejas entrevistadas, también son en algunos casos, generadores de deudas. La gran mayoría de los/as entrevistados/as es primer profesional en sus familias. Por ende, están en una posición económica – al menos teóricamente- aventajada con respecto a sus familias. Muchos de ellos llegaron a ser profesionales gracias al apoyo económico de sus padres, por ende, apoyarlos económicamente es para muchos una retribución al esfuerzo que las familias hicieron por ellos. Por eso, algunos los ayudan a pesar de sus dificultades, les prestan dinero o sus instrumentos financieros. Así, por ejemplo, Macarena (40 años, administradora pública) y Fabián (40 años, psicólogo), prestan tarjetas de crédito a la familia de Fabián y adquieren deudas a las que sus familiares no responden.  A pesar de que en el momento de la entrevista Macarena se encontraba sin trabajo, Fabián prefiere hacerlo pues dice ser “el solvente de la familia” y que es su “deber” ayudarlos.

 

En el caso de Macarena y Fabián, la posición de ser el primer profesional de la familia es comprendida como un privilegio que debe ser retribuido a sus familias de origen dado el esfuerzo económico que implicó para estas asumir los estudios superiores de sus hijos. Sin embargo, no todas las parejas han enfrentado una movilidad social ascendente que les permita retribuir económicamente a sus padres. Maite (28 años, profesora de educación física) trabaja en una farmacia en el sector sur de Santiago. Vive con Sebastián (29 años, profesor de educación física), padre de su hija. A pesar de que comparten el mismo techo, ella asume todos los gastos de su hija, dice que prefiere no pedir ayuda ni a sus padres por orgullo. Para ella, el apoyo que sus padres le brindaron para poder educarse es una suerte de “deuda simbólica” (Loveday, 2015) que siente no estar a la altura de poder retribuir dada la precariedad laboral en la que se encuentra.  

 

La posibilidad de contar financieramente con el apoyo de las redes familiares marca trayectorias de endeudamiento diferenciadas en las parejas entrevistadas. Aquellos que cuentan con los respaldos de sus familias y/o amigos/as cuentan con mayores recursos para pensar estrategias de salida a su situación crítica. En su defecto, aquellos que provienen de familias con menos recursos se sienten más agobiados por la situación y tienden a explotar sus recursos personales extendiendo sus jornadas de trabajo y ampliando sus redes financieras. El endeudamiento es para algunas parejas un método de acceso a nuevas posibilidades económicas, pero a la vez es un generador de marcas sociales profundas en los individuos (Vasavi, 2014). Así, por ejemplo, Alejandro (28 años, técnico de nivel superior en construcción) y Florencia (27 años, técnico de nivel superior en construcción), ambos con estudios técnicos superiores, han adquiridos deudas bancarias, con casas comerciales y cajas de compensación. Venden paltas en sus tiempos libres y Alejandro trabaja esporádicamente como chofer de Uber. La mayoría de sus deudas las adquirieron para pagar sus estudios y sostener los costos de la llegada de su primer hijo. Ellos piensan todo el día en sus deudas y en cómo pagarlas, y enfrentan su situación con los recursos personales y financieros limitados a los cuales tienen acceso.

 

Guillermo (33 años, administrador público) y Claudia (33 años, veterinaria) acarrean juntos las deudas de Guillermo, quien a la fecha de la entrevista tenía más de trece deudas con distintos prestamistas. Les han cortado la luz, le han retenido el sueldo, lo llaman constantemente. Él dice hacer todo lo posible para poder responder. Guillermo gana un sueldo promedio 3 veces superior a la media de Chile. Sin embargo, no ve el dinero. Todo se lo lleva la deuda. A pesar de estar viviendo una situación extremadamente compleja, Guillermo no le ha querido pedir apoyo a su familia. Sus padres desconocen su situación financiera. Él siente que no puede darles esa carga: “yo prefiero que piensen que estoy bien, ya los he hecho sufrir mucho como para darles otro problema más”, dice.   

 

Para otras parejas, las redes familiares forman parte de las causas por las cuales se encuentran atravesando una situación de crisis financiera.  El descalabro económico de Nidia (33 años, trabajadora social) y Jorge (39 años, sin educación superior) comenzó cuando tuvieron que ocupar todos sus ahorros para ayudar al papá de Jorge que tuvo un accidente vascular. Ambos dicen que “hicieron lo que tenían que hacer”. Lo entienden como una “devuelta de mano”. Los padres de Jorge los ayudan con los cuidados de su hija y a pesar de que sus salarios no les permiten solventar sus necesidades, ambos entienden que para ellos aportar con recursos económicos es parte de sus responsabilidades familiares. Para poder salir adelante, ambos trabajan los fines de semana en otros empleos, además ella vende productos en su oficina y él arregla teléfonos en sus tiempos libres. Esta sobre exigencia laboral se sostiene gracias a que sus padres cuidan a su hija: “ellos la van a buscar al colegio, la cuidan mientras nosotros llegamos en la noche. Algunas veces ella se queda con ellos, porque nosotros trabajamos mucho los fines de semana (…) no haríamos nada sin el apoyo de nuestros papas”, señala Nidia.

 

Las redes de intercambio al interior de las familias no se comportan de manera lineal, sino que se alimentan de una serie de intercambios que funcionan como amortiguadores para enfrentar los problemas y que establecen una red de intercambios recíprocos basados en la confianza (Lomnitz, 2004). Si bien para algunas parejas estas redes redistribuyen recursos económicos esenciales para poder sobrellevar sus deudas, para otros operan como obligaciones de cuidado a las cuales deben responder. El endeudamiento es para muchas parejas el único medio con el que cuentan para poder responder a dichas obligaciones. En un contexto de financiarización de la vida cotidiana (Hall, 2011; González, 2015) algunos quedan atrapados en deudas que les conducen a un hoyo financiero del que cada vez les es más difícil salir (James, 2014).

 

4. Conclusiones

El objeto del estudio fue analizar cómo las parejas jóvenes de clases medias de Santiago reorganizan sus roles y relaciones de interdependencia para responder al endeudamiento problemático, comprendido como el proceso mediante el cual una situación “normal” (contratar créditos) se vuelve problemática para los individuos. Para ello, a partir de un análisis de 20 entrevistas realizadas a parejas jóvenes de Santiago de Chile, entre 25 y 40 años, con estudios post secundarios y deudoras de los sistemas financieros (educacionales y de consumo), se busca dar cuenta de las redes de intercambio que sostienen las estrategias desarrolladas por las parejas para afrontar su situación de endeudamiento problemático. Los datos permiten constatar que las parejas de deudores jóvenes se apoyan en sus redes de relaciones íntimas para acceder a recursos económicos y de cuidado en el desarrollo de sus procesos de independencia económica y como una estrategia de apoyo a las situaciones de endeudamiento que atraviesan. Sin embargo, y a pesar de lo generalizado de estas estrategias de apoyo, no todas las parejas pueden contar con apoyo económico de sus familiares y amigos/as. Ya sea porque sienten que no les corresponde o porque la posición de sus familiares es más precaria, aquellos que no pueden contar con redes de apoyo económico desarrollan estrategias de duplicación de las jornadas laborales y/o ampliación de sus redes financieras, para poder responder a su situación de endeudamiento. La presencia y/o ausencia de dependencias económicas y de redes de apoyo en las parejas, marca las trayectorias de endeudamiento y sus posibilidades de sobrellevarlo. En conclusión, este artículo buscó aportar en la discusión sobre la necesidad de abordar los procesos de endeudamiento desde una perspectiva relacional, que permita dar cuenta del peso que, en contextos de ausencia de la institucionalidad pública de protección social, tienen las relaciones sociales para poder responder a un endeudamiento en constante aumento.

 

Referencias

Alfaro, J. P. y Polanco, L. (2012). La Polar: una organización corrupta: una comprensión socio-analítica del fenómeno de la corrupción y la perversión en organizaciones contemporáneas (Tesis de pregrado). Universidad de Chile, Chile.

 

Araujo, K. y Martuccelli, D. (2012). Desafíos Comunes: Retratos de la sociedad chilena y de sus individuos. Tomo 1 y 2. Santiago, Chile: LOM Ediciones.

 

Banco Central de Chile (2010). Endeudamiento de los hogares en Chile: análisis e implicancias para la estabilidad financiera. Informe de Estabilidad Financiera. Recuperado de https://www.bcentral.cl/documents/20143/32016/bcch_documento_164468_es.pdf/825ddb69-1140-458c-bc66-f55cb262c5ef

 

Barozet, E. (2006). El valor histórico del pituto: clase media, integración y diferenciación social en Chile. Revista de Sociología, 20, 69-96.

 

Barros, P. (2008). ¿Tres cuotas, precio contado? Observaciones sobre el endeudamiento de los chilenos. En Instituto de ciencias sociales de la Universidad Diego Portales (ICSO-UDP). Chile 2008: Percepciones y Actitudes Sociales. 4º Informe de Encuesta Nacional ICSO-UDP. Recuperado de http://encuesta.udp.cl/descargas/publicaciones/2008/Chile%202008%20Percepciones%20y%20Actitudes%20Sociales.pdf

 

Barros, P. (2009). El endeudamiento entre los chilenos: elementos para el análisis. Ponencia presentada en el Encuentro Pre-ALAS 2008, Santiago de Chile. Recuperado de http://www.facso.cl/prealas/PDF/ponencias/economica/P_BARROS.pdf

 

Barros, M. (2011). Prácticas financieras en torno al uso del crédito en la industria del retail en Chile. En J. Ossandón (ed.). Destapando la caja negra. Sociología de los créditos de consumo en Chile (113-132). Santiago, Chile: ICSO-UDP.

 

Bidart, C.(2006). Crises, décisions et témporalités: autour des bifurcations biographiques.  Cahiers internationaux de sociologie, 1(120), 29 -57.

 

Brandon, P. (2000). An analysis of kin-provided child care in the context of intra family exchanges. American Journal of Economics and Sociology, 59(2), 191-216.

 

Carney, G. M., Scharf, T., Timonen, V., & Conlon, C. (2014). Blessed are the young, for they shall inherit the national debt: Solidarity between generations in the Irish crisis. Critical Social Policy, 1–21.

 

Cucó Giner, J. (1995), La Amistad. Perspectiva Antropológica. Barcelona, España: Icaria.

 

Davern, M. (1997). Social Networks and Economic Sociology: A Proposed Research Agenda for a More Complete Social Science. The American Journal of Economics and Sociology, 56(3), 287-302.

 

Duhaime, G. (2001). Le cycle du surendettement. Recherches Sociographiques, 42(3), 455-488.

 

Duhaime, G. (2003). La vie à crédit: consommation et crise. Quebec, Canada : Presses de l'Université Laval.

 

Figueroa, F. (2013). Llegamos para quedarnos: crónicas de la revuelta estudiantil. Santiago, Chile: LOM Ediciones.

 

Fuenzalida, M. y Ruiz-Tagle, J. (2009). Riesgo financiero de los hogares. Economía Chilena, 2(12), 35-53.

 

Godbout, J., Caillé, A. & Winkler, D. (1998). World of the Gift. Montréal, Canada: McGill-Queen’s University Press.

 

González, F. (2015). Where are the Consumers? Cultural Studies, 29(5-6), 781-806.

 

Granovetter, M. (1973). The Strength of Weak Ties. American Journal of Sociology, 78(6), 1360-1380.

 

Han, C. (2012) Life in debt: Times of care and violence in neoliberal Chile: Berkeley, Estados Unidos: University of California Press.

 

James, D. (2014). “Deeper into a Hole?” Borrowing and lending in South Africa. Current Anthropology, 9(55), 17-29.

 

Lazzarato, M. (2011). La fabrique de l'homme endetté: essai sur la condition néolibérale. París, Francia: Editions Amsterdam.

 

Lomnitz, L. (1994). Redes Sociales, Cultura y Poder: Ensayos de Antropología Latinoamericana. México D.F., México: FLACSO.

 

Lomnitz, L. (2004). Family, Networks and Academics. Ethnos, 69(1), 113-126.

 

Lomnitz, L. (2008). Lo formal y lo informal en sociedades contemporáneas. Santiago, Chile: Centro de Investigaciones Diego Barros Arana.

 

Loveday, V. (2015). Working-class participation, middle-class aspiration? Value, upward mobility and symbolic indebtedness in higher education. The Sociological Review, 63, 570-588.

 

Marambio, A. (2011). Bancarización, crédito y endeudamiento en los sectores medios (Disertación de Maestría). Universidad de Chile, Chile.

 

Marambio, A. (2012), Bancarización, crédito y endeudamiento en grupos medios urbanos: tácticas de acceso, diferenciación social y el espejismo de la movilidad. Santiago, Chile: Observatorio Nacional del Consumo.

 

Marambio, A. (2018). Narratives of Social Mobility in the Post-Industrial Working Class and the Use of Credit in Chilean Households. Revue de la régulation, 22, 1-18.

 

Martuccelli, D. (2010). ¿Existen individuos en el Sur? Santiago, Chile: LOM Ediciones.

 

Mauss, M. (2010). Ensayo sobre el don: forma y función del intercambio en las sociedades arcaicas. Madrid, España: Katz

 

Montero, J.P. y Tarjizán, J. (2010). El éxito de las casas comerciales en Chile: ¿regulación o buena gestión? Documento de Trabajo del Banco Central de Chile, 565.

 

Ossandón, J., Ariztía, T., Barros, P. & Peralta, C. (2017). Contabilidad en los márgenes. Ecologías financieras entre el big y small data. Civitas, 17(1), 1-26.

 

Paillé, P. y Mucchielli, A. (2008). L'analyse qualitative en sciences humaines et sociales. París, Francia: Armand Colin.

 

Pérez-Roa, L. (2014 a). El peso real de la deuda de estudios: Análisis cualitativo de la trayectoria de endeudamiento de los jóvenes de financiamiento universitario Corfo. Education Policy Analysis Archives, 22, 1-43.

 

Pérez-Roa, L. (2014 b). Et si la dette privée était un problème de société? Analyse critique de deux thèses populaires sur la compréhension du phénomène du surendettement chez les jeunes dans le contexte de la révolution néolibéral. Revue Nouvelles Pratiques Sociales, 26(2), 219-230.

 

Pérez-Roa, L. (2015). Quand le moral sʼeffondre sous la dette: lʼexpérience de lʼendettement étudiant chez les jeunes adultes à Montréal, Special Issus: Les pratiqués économiques de jeunes. Revue Suisse de Sociologie/ Swiss Journal of Sociologie, 41(2).

 

Portugal, S. (2009). What makes social networks move? An analysis of norms and ties. Revista Crítica de Ciências Sociais, 1, 55-76.

 

Ruiz, C. y Boccardo, G. (2015). Los chilenos bajo el neoliberalismo. Clases y conflicto social.  Santiago, Chile: Nodo XXI.

 

Ruiz-Tagle, J. García, L. y Miranda, A. (2013). Proceso de endeudamiento y sobrendeudamiento de los hogares de Chile. Documento de trabajo del Banco Central de Chile, 703.

 

Salgado, H. y Chovar, K. (2010). ¿Cuánto influyen las tarjetas de crédito y los créditos hipotecarios en el sobre-endeudamiento de los hogares en Chile? Serie Documentos de Trabajo EconUdeC, 12.

 

Valentine, G. (1999). Doing Household Research: Interviewing Couples Together and Apart. Area, 31(1), 67-74.

 

Vasavi, A. R. (2014). Debt and its social entrapments. The Feminist Press, 42(1/2), 23–37.

 

Villarreal, M. (2008). Sacando cuentas: prácticas financieras y marcos de calculabilidad en el México Rural. Revista Crítica en Desarrollo, 2, 131-149.

 

Wilkis, A. (2013). Las sospechas del dinero. Moral y economía en el mundo popular. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

 

Wilkis, A. (2014). Sobre el Capital Moral. Papeles de Trabajo, 8(13), 164-186.

 

Zelizer, V. (2006). Circuits in economic life. Economic Sociology: European Electronic Newsletter, 8, 30-35.

 

Zelizer, V. (2011). El Significado Social del Dinero. Buenos Aires, Argentina: Fondo de Cultura Económica.



[1] Este artículo fue financiado con el proyecto FONDECYT 11150161 "La odisea de llegar a fin de mes: estrategias de pago de deudas de parejas jóvenes en Santiago y Concepción"

[2] Doctora en Ciencias Humanas. Departamento de Trabajo Social, Universidad de Chile. Correo electrónico: loperez@uchile.cl

[3] Magíster en Sociología Económica. Centro Regional de Inclusión e Innovación Social, Universidad Viña del Mar. Correo electrónico: javier.donoso@uvm.cl

[4] De acuerdo con el Reporte de Cuentas Nacionales del Banco Central de Chile en 2018.

[5] Desde ahora CORFO.

[6] En Chile, informalmente se refiere a la influencia o contacto que sirve para acceder a algún beneficio económico o laboral.